Salud Pública y Sociedad

Políticas de salud

¿Quo Vadis MINSA? 2018 en una encrucijada

El Caminante sobre el mar de nubes, David Friedrich

Los analistas de la comunidad de salubristas peruanos coinciden en caracterizar el último año y medio en el sector salud, período comprendido entre julio 2016 y diciembre 2017, como el de la contra-reforma en salud y de tiempo perdido y de grave desorientación en la conducción del sector. Las gestiones de los dos primeros ministros de la era Kuczynsky dejaron un sector a la deriva, con significativos retrocesos en el derecho a la salud (1), debilitamiento orgánico y pérdida de la capacidad rectora del MINSA (2), falta de apoyo a la descentralización (3) y la irresponsable desactivación de la autoridad sanitaria de Lima Metropolitana (4), que dejó a nuestra metrópoli en el caos y desamparo institucional. Este período no debería ser “para el olvido”, y haciendo justicia con los peruanos, los historiadores de la salud pública deberían registrarlo para mantenerlo en la memoria colectiva y derivar de él las lecciones de lo que no debería hacerse en materia de gestión sectorial.

La nueva gestión del ministro Salinas en el sector salud, que se inicia en una coyuntura nacional compleja y de gran cuestionamiento y fragilidad política del gobierno, arrastra como pasivos en lo personal el tema moral y político del indulto y la aparente desautorización política de su partido; y, como sus activos, el hecho de ser una personalidad más orgánica al sector, más dialogante y contar con el real respaldo del APRA.

Como corresponde a toda gestión sectorial, pasada la primavera que trajo la coyuntura de la visita papal, cobran ahora importancia los temas relacionados con la llama triada de gobierno de Carlos Matus: programa de gobierno, capacidad de gobierno y gobernabilidad del sistema, en perspectiva del logro de resultados y metas sanitarias favorables para el sistema de salud y la población. El panorama en relación con la gobernabilidad del sector le es ahora favorable, dado el caluroso y entusiasta saludo brindado al entrante ministro por los exministros convocados a la ceremonia de presentación y toma de mando, la receptividad de los medios de comunicación a las primeras entrevistas, las expectativas de los colegios profesionales y gremios de trabajadores ante la apertura al diálogo, la nueva escala remunerativa de los profesionales y técnicos del sector salud y las promesas de nuevas políticas de Estado en materia de salud; sin embargo, no parecen tan favorables y despiertan justificadas dudas los temas relacionados con la capacidad de gobierno y con el de la definición del programa sectorial a fin de asegurar logros sustanciales mirando el mediano y largo plazo. A la fecha, programáticamente, resultan insuficientes y cortoplacista la oferta de un “Pacto por la Salud” y los anuncios de reforzar el primer nivel de atención, recuperar los establecimientos de salud dañados por el Niño Costero, revalorizar los recursos humanos, promover el acceso a los medicamentos genéricos y facilitar el intercambio prestacional.

La ciudadanía y quienes estamos vinculados al sector esperamos de la nueva gestión propuestas programáticas explícitas, de fortalecimiento del sistema de salud y de avances en materia de cobertura de salud y acceso a la salud, con prioridades para el corto y mediano plazo, concertadas, sustentadas presupuestalmente y reflejadas en el POI 2018 y en el Plan Estratégico Institucional, revirtiendo la contra-reforma y la inacción del período anterior; todo esto en el sentido de aquello que oportunamente el colectivo “Más Salud para Más Peruanos” precisara en un comunicado público el 11 de enero, titulado «La urgencia de transformar la salud«; estas propuestas deben definir el rumbo del sector y servir de agenda de trabajo del Consejo Nacional de Salud y de la Comisión Intergubernamental de Salud, así como de agenda de concertación y movilización a favor de la salud nacional.

Mirando al largo plazo, urge recuperar el tiempo perdido, con apertura y voluntad política, retomando lo ya establecido por el Acuerdo Nacional en agosto de 2015, rescatando las propuestas de Hoja de Ruta para la Implementación del Consenso en Acuerdo Nacional – Los objetivos de la Reforma de Salud, dejada por el ex ministro Velásquez en julio de 2016, poniendo en debate el Informe Final de la Comisión de Protección Social, presentado en septiembre del 2017 y utilizando como referencia la Propuesta Programática presentada por el colectivo Compromiso Médico por el Perú durante la coyuntura electoral del CMP de noviembre del 2017, así como dos importantes referentes internacionales que el gobierno peruano suscribiera como son la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible acordada por las Naciones Unidas (2015) y la Agenda de Salud Sostenible para las Américas 2018-2030 acordada en la 29 Conferencia Sanitaria Panamericana de la OPS (2017).

Referencias:

(1) DL Nº 1346 – Decreto Legislativo que establece disposiciones para optimizar los servicios que son financiados a través del Seguro Integral de Salud (publicado el 7 de enero de 2017).

(2) DS Nº 008-2017-SA – Decreto Supremo que aprueba el ROF del MINSA (publicado el 5 de marzo de 2917); DS Nº 011-2017-SA – Decreto Supremo que modifica el ROF del MINSA (publicado el 21 de abril de 2017).

(3) “El ministro de Salud, Fernando D’Alessio, ha propuesto en noviembre que el ministerio retome el control de las direcciones regionales de salud, un claro retroceso en la descentralización administrativa”. En: Alcalde, Gonzalo. Repensar, luego descentralizar. Revista Ideele Nº 275. Noviembre, 2017:. Disponible en: http://revistaideele.com/ideele/content/repensar-luego-descentralizar

(4) Ley Nº 30526 – Ley que desactiva el Instituto de Gestión de Servicios de Salud (Publicado el 16 de diciembre de 2016).