Mario Bunge, el pensador, filósofo y científico argentino, el “último aristotélico” (como lo denominaron en una entrevista)[1], falleció en la ciudad de Montreal, donde residía, el 19 de febrero del presente año. Hacía poco que había cumplido 100 años de edad.
Sobre su trascendencia global, su extensa y prolífica obra y su influencia en círculos académicos reflejado en los reconocimientos, premios y doctorados honoris causa que recibiera en vida, se ha escrito mucho y puntualizado certeramente en estos días. Para más detalles, ver las notas periodísticas de El País[2], Clarín Cultura[3] y otros. Homenajeado y alabado por unos, y denigrado e ignorado por otros, Mario Bunge fue un personaje de su tiempo, una figura estelar como pocas y un militante comprometido con los asuntos cruciales de la humanidad.
Conocí a Mario Bunge en Lima el año 1996, cuando la Universidad Peruana Cayetano Heredia le otorgó un doctorado honoris causa. Desde entonces me incorporé a las huestes de sus seguidores, persiguiendo las entrevistas, los artículos y los libros que él publicaba, admirando su estilo de debate, el rigor científico de sus propuestas y el carácter multifacético y profundo de sus emprendimientos: filosofía, ciencia, política, economía, medicina, psicología, biología, etc. Parecía increíble que un matemático y filósofo escribiera con extraordinaria profundidad libros como “Filosofía de la psicología” (1988), “El problema mente-cerebro – Un enfoque psicobiológico” (1985), “Sistemas sociales y filosofía” (1995), “Buscar la filosofía en las ciencias sociales” (1996)“Fundamentos de biofilosofía” (conjuntamente con Martin Mahner, 1997), “Filosofía para médicos” (2012), “Materia y mente – Una investigación filosófica” (2015), sumados a “Materialismo y ciencia” (1981), “ Racionalidad y realismo” (1985), y otros clásicos como, “Investigación científica” (1969), “Epistemología” (1980) y “Ontología I”, “Ontología II), “Semántica I” y “Semántica II”, estos últimos publicados originalmente en inglés en 1974 como parte del Tratado de Filosofía Básica, y traducidos al español y publicados en 2011.
Resultaba imposible no abrazar el sistemismo de Bunge, que proponía que “toda cosa es un sistema o un componente de algún sistema”, y que un sistema concreto puede analizarse en su composición, entorno, estructura y función (mecanismo), y con las aplicaciones de este enfoque al estudio de lo físico, biológico y social. Resultaba asimismo imposible no identificarse con el humanismo ecuménico, el realismo científico y el materialismo dinamicista que pregonaba y practicaba con sólidos fundamentos.
Busqué a Mario Bunge en Montreal en al año 2015, pero no pude encontrarlo en la Universidad de McGill de la cual era profesor emérito y donde tenía una oficina. Dejé a su secretaria una nota de saludo como muestra de la visita frustrada. Después de un mes, encontrándome ya de regreso en Lima, recibí un mensaje por correo electrónico, a través del cual el profesor Bunge se disculpaba, pues había recibido mi mensaje con mucho retraso, señalando que la “burocracia” no solo estaba en América Latina, sino también en países como el Canadá, y me insinuaba poder reunirnos en cualquier otro momento. Así de sencillo y accesible era el profesor Mario Bunge.
El mejor homenaje que se puede hacer a Mario Bunge es continuar con su obra: estudiándola críticamente como a él le gustaba, aplicando sus enseñanzas a las realidades concretas, tomando el ejemplo de su vida de compromiso social, de humanismo y de sólida integridad.
[1] Entrevista de Rafael Toriz el 12-03-2013 Accesible en: https://pijamasurf.com/2013/12/el-ultimo-aristotelico-entrevista-a-mario-bunge/
[2] El País. Muere Mario Bunge, uno de los científicos hispanohablantes más citados en la historia. https://elpais.com/elpais/2020/02/25/ciencia/1582620413_320805.html
[3] Clarín Cultura . Una voz contra las pseudociencias. La muerte de Mario Bunge: claves de un científico que dio fórmulas para llegar a los cien años. https://www.clarin.com/cultura/muerte-mario-bunge-claves-cientifico-dio-formula-llegar-cien-anos_0_0fwN7rl0.html
— Imagen de portada de Olmo Calvo / SINC. Fuente: MONOGRAPH INTERVIEW